La lengua en pedazos, crítica teatral

30/11/2021

No hay giro teatral más retador y complicado que poner la palabra en el centro de la escena, sin más …

  • No hay giro teatral más retador y complicado que poner la palabra en el centro de la escena, sin más artificios y eso es lo que, de nuevo, consigue una propuesta de Juan Mayorga, esta vez a través de la premiada y reconocida obra de “La lengua en pedazos”, galardonada con el Premio Nacional de Literatura Dramática en el año 2013.

La lengua en pedazos Juan Mayorga Clara Sanchis Daniel Albaladejo

“Entre pucheros también anda Dios”

Una asceta escena dominada por el color negro, sobre la que destacan doce sillas blancas como único elemento de ‘atrezzo’, que representan las doce monjas que acompañaron a Teresa de Jesús en su abandono de “La Encarnación” hacia una casa que, por muy modesta que fuese, sintiese libre. Evocadoras razones de la motivación de Teresa, situando su convencimiento por encima de las comodidades del “establishment” que la jerarquía religiosa del momento le ofrecía, que visto lo visto, no le satisfacía a su propio espíritu. 

Nada más revolucionario en los acomodaticios tiempos que vivimos hoy, que la rebelión de alguien convencida de lo que debe ser y de lo que tiene que hacer. La pregunta a plantear es que hubiera sido de Teresa de Jesús si en lugar de vivir en el siglo XVI (1515/1582) lo hubiera hecho en esta impostada contemporaneidad de la tercera década del siglo XXI, en el que el reconocimiento de santidad, a su pensar y quehacer, no hubiera sido, quizás, la recompensa obtenida.

“Quiero darte palabra, no para conocerte, sino para que te conozcas tú”

La lengua en pedazos, crítica teatralJuan Mayorga compone un bellísimo, y brillante, texto que articula las argumentaciones y contraargumentaciones de los personajes en escena, la propia Teresa de Jesús y un monje miembro de la ‘Santa Inquisición’. Corazón, espiritualidad y emociones; frente a jerarquía, poder terrenal, administración y burocracia. La palabra toma el protagonismo y algunas de sus sentencias quedan resonando sobe el mágico ambiente teatral creado: “muero porque no muero”, “¿de cuantas cárceles me ha sacado?”, “¡todo es nada!”, “En la contradicción está la ganancia”, “mi confesor teme confesarme”, “la imaginación es la loca de la casa”, “¡lee …y obedece!”, “yo tengo envidia de los que viven en desiertos”, “a veces se llama desorden a lo que es espíritu”, “¿quién soy si siempre estuve sola?” …para finalmente afirmar “¡la lengua está en pedazos y es el amor el que habla!”. Frases todas ellas que se precipitan en el marco de la cocina del convento de San José donde se refugió Teresa, tras su salida de ‘La Encarnación’, poniendo adecuado foco al afirmar que “Entre pucheros también anda Dios”.

“¡Todo es nada!”

No hay descanso para el espectador y Mayorga le exige el máximo de concentración para asimilar cada una de las palabras empleadas por Teresa de Jesús y el inquisidorVibrante experiencia.

La lengua en pedazos, crítica teatral

La excelencia del texto es estupendamente respaldada, y reafirmada, por las acertadas interpretaciones de Clara Sanchís, en la piel de Teresa de Jesús, y de Daniel Albaladejo, como ‘el inquisidor’, absolutamente creíbles ambos, en un sugerente y pertubador juego de enfrentar la libertad de pensamiento frente a la ortodoxia impuesta por quien ostenta el poder. El recurso metateatral que realizan ambos actores, a mitad de la función, vistiéndose con las ropas que le son propias a sus personajes, con hábitos y sayas, no hace sino reafirmar que desde que aparecen en escena, por más contemporáneamente que vayan vestidos, son Teresa de Jesús y ‘el inquisidor’, a quienes vemos desde el mismo minuto uno del inicio de la obra. Gran trabajo actoral.

cartel

“¡La lengua está en pedazos y es el amor el que habla!”

En la parte inicial de esta propuesta “el inquisidor” explica a Teresa que “quiero darte palabra, no para conocerte, sino para que te conozcas tú”, y el devenir de la obra revelará a quien la afirmó su propio conocimiento de sí mismo, el uno y la otra, y a la inversa, terminan por conocerse mejor y, a través de ellos, también los espectadores, atrapados por las argumentaciones de ambos, como si de un espejo se tratase, en un nuevo ripio de la dramaturgia del filósofo de precisión matemática que es Juan Mayorga.

Todos los lunes, hasta el 27 de diciembre, se podrá disfrutar de este montaje en el Teatro del Barrio.

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