Entrevista a Nacho Fresneda «Dribbling»

9/09/2021

Nacho Fresneda.GTRES El actor valenciano estrena ‘Dribbling’, una obra que, asegura, dejará a la audiencia con un interesante «runrún en …

Dribbling Nacho Fresneda Alvaro Rico Ignasi Vidal La otra crónica diario el mundoNacho Fresneda.GTRES

  • El actor valenciano estrena 'Dribbling', una obra que, asegura, dejará a la audiencia con un interesante "runrún en la cabeza".

El pasado 2 de septiembre, Álvaro Rico -conocido por encarnar a Polo en Élite- y Nacho Fresneda (50) -famoso por interpretar a Alonso de Entrerríos en El ministerio del Tiempo- estrenaron Dribbling. Una obra sobre la fama, el acoso y el fútbol que estará hasta el 4 de octubre en el Teatro Marquina de Madrid.

"En esta función no hace falta que te guste el deporte. Aquí utilizamos el fútbol como excusa para hablar sobre las entretelas de esos nuevos líderes, que son los deportistas. Esos que cobran grandes sueldos y viven en burbujas. Además, tocamos temas muy importantes, como la violencia y la necesidad de dejar en claro que 'no es no'", comenta Fresneda en un atípica entrevista a LOC.

P. Deme una buena razón para asistir a una función de Dribbling.

R. La mejor razón para verla es porque hay que ir al teatro, hay que salir de casa, entretenerse, hay que sentarse a escuchar historias. Algo que a los humanos nos gusta desde siempre. Hay muchas razones. Por ejemplo, estamos Álvaro Rico y yo, dándolo todo, esperando plantar una semillita en el público, para que la audiencia se vaya con el runrún en la cabeza.

P. Me imagino que estrenar después de un tiempo de sequía cultural le hace sentir bendecido.

R. Sí, soy un afortunado, porque en diciembre del año pasado ya pudimos estrenar este espectáculo en Valladolid y luego tuve la suerte de participar en la obra Marat Sade, en Matadero. Y pese a todas las restricciones, ha sido muy emocionante volver al teatro. Hay mucha comunión con el público. Allí afuera está todo muy duro, pero aquí, en el teatro, podemos pasar un rato agradable e interesante. Volver es emocionante. Sobre todo, cuando pienso en las personas y en los gremios que no han podido desarrollar su trabajo...Más afortunado y más agradecido me siento. Porque creo que la industria se está recuperando.

P. Recientemente, Ignasi Vidal, el director de esta obra, concedió una entrevista en la que dice que le enfada la restricción de los aforos en los teatros mientras que ve los trenes llenos. ¿Usted piensa similar?

R. Si hablamos de ese tema igual me enfado, porque no paro de viajar. A ver... Cuando vengo a Madrid, veo esta pseudolibertad, pero a mí me pone muy nervioso. Prefiero ser un poco borrego, seguir las directrices y esperar a que pase pronto. Pero sí, es un poco extraño. Yo me acuerdo de uno de los primeros vuelos a Tenerife... La idea era que hubiese distancia y protocolo, pero cuando nos sentamos en el avión me tocó al lado un señor que acababa de venir de Turquía de arreglarse el pelo. Y no me salpicaba, porque yo me apartaba. ¿Podía ser más estúpida la situación? No. Creo que se piensa que las aerolíneas tienen un potencial que, a lo mejor, los demás no tenemos.

P. Volviendo al tema central de la obra, quiero preguntarle por la fama. ¿Alguna vez temió que su éxito se volviese algo dañino para usted?

R. No, porque lo mío ha sido poquito a poquito. Yo hacía series diarias en Valencia, luego me fui a Barcelona y cuando vine a Madrid, a hacer mi primer casting, no me conocía nadie, entonces ha sido un proceso muy gradual. Y yo con tener trabajo y proyectos a la vista me siento afortunado, no pido más... Pero si hablamos de fama, creo que si trabajas y te ven millones de personas no puedes pretender salir a la calle y que nadie te conozca. Es parte del trabajo. Pero para mí, eso siempre ha sido un efecto natural. No me ha hecho cambiar absolutamente nada. Si tengo que ir a una playa nudista, hago lo que tengo que hacer. Sin pensar.

P. Hoy Álvaro Rico, su compañero en escena, está viviendo una verdadera vorágine, tras el éxito de la serie Élite. ¿Qué consejo le ha dado para no dejarse llevar por el mal camino?

R. Ninguno, porque yo no he vivido eso. Cuando empecé no habían redes, ni esta exposición. Lo que yo viví no tiene nada que ver con lo que ocurre ahora. Además, yo no soy de dar consejos. Soy más de pedirlos y luego hacer lo que me de la gana. Pero a Álvaro no le hacen falta consejos. Está muy bien asesorado. Por supuesto, tiene que ir con cuidado porque sí, se distorsiona un poco la realidad, pero él tiene los pies en el suelo.

P. Hablando de redes, usted no tiene Instagram. ¿Puedo preguntarle por qué?

R. No tengo.... Aunque me iba a hacer un OnlyFans, pero al final me supo un poco mal (se ríe). No, no tengo, porque cuando empezó a salir todo esto no me enganché. No me hice ni Facebook, porque si a mí me gusta compartir algo te mando a ti una foto, no siento ninguna necesidad de compartirlo con el mundo. No me gustan los chats, no me gustan los grupos. El móvil lo tengo apagado, no lo miro en días.

P. Y supongo que eso ha ayudado a que mantenga su vida privada lejos de la pública.

R. Es que siempre la he mantenido al margen. A mí, al principio sí que me llamaron para hacer algunas entrevistas más personales, pero yo no voy a ningún sitio que no me apetezca. Promociono mi trabajo, por supuesto, y hago entrevistas encantado. Pero luego prefiero estar tomándome una horchata tranquilo.

P. ¿Con qué proyectos está ahora?

R. Tengo dos proyectos muy chulos, de los cuales no puedo hablar. Pero sí te puedo adelantar una cosa divertidísima: unos chavales franceses, que se hacen llamas FGKO, que son los más modernos, los más guais, lo más de lo más, me han llamado para hacer un personaje, así que me voy una semana en octubre a rodar a París. Suena bonito, ¿no? Me hace mucha ilusión... Estoy agradecidísimo, porque el teléfono sigue sonando.