Por H. Díaz (abc.es/espana/castilla-leon)
Tristán Ulloa y Pablo Derqui, en un momento del montaje - OCTUBRE PRODUCCIONES
«Que tu trabajo te permita gritar y pegar es fantástico para tu vida, porque eso que te ahorras de ella»
Tras su reciente estreno absoluto en Avilés (Asturias), llega este viernes al Teatro Principal de Palencia, y el sábado y el domingo al Calderón de Valladolid 'True West', el montaje que supone el debut en la dirección de Montse Tixé, que ha trabajado en numerosas ocasiones como ayudante de Mario Gas. Lo hace con un texto del gran Sam Shepard, Premio Pulitzer, adaptado por otro de nuestros grandes, el Premio Cervantes Eduardo Mendoza. Por ello, el actor Tristán Ulloa, que regresa con este montaje a la escena tras el rodaje de una serie americana y una película, ve en él «buenos mimbres» para «no dejar indiferente» al público: «Se irá lleno de muchas sensaciones que luego tendrá que ir colocando».
'True West' llega este viernes al Teatro Principal de Palencia mañana y al mañana al Calderón, en Valladolid, tras su estreno absoluto el pasado fin de semana en Avilés. Pasados los nervios, ¿qué impresiones, sensaciones se llevó de su primera puesta en escena?
En general, muy positivas, porque era un salto importante. Hemos trabajado un poco a contrarreloj, con menos días de los que normalmente se suele ensayar, y nuestro primer pase con público fue el día del estreno, así que fue un poco a bocajarro. Ha sido curioso porque, añadiendo ese elemento tan importante que es el público y la energía que desprende, hemos descubierto la función en su plenitud, con lo cual ahora estamos acomodándonos a eso, con la criatura en pañales todavía, pero muy contentos con lo que está enseñando.
Sam Shepard, Premio Pulitzer, y Eduardo Mendoza, Premio Cervantes, entre otros muchos. Menudo regalazo de texto, ¿no?
Sí, si lo hacemos mal será culpa nuestra, está claro (ríe), porque con esos mimbres es complicado para trabajar. Y tenemos a una excelente directora, Montse Tixé, que aunque sea su debut como directora no lo es ni mucho menos su debut en el teatro. Lleva muchos años haciendo regidurías y conoce muy bien tanto al autor como al adaptador.
¿Cómo le llegó el proyecto?
Nos juntamos después del confinamiento y Montse Tixé nos propuso a Pablo (Derqui) y a mí hacer esta función para debutar como directora. En realidad, es la reunión de tres amigos. Queríamos darnos el placer de hacer algo que nos apeteciese con la gente que nos apeteciese. Buscamos producción, apareció, y lo levantamos relativamente rápido. Estamos encantados. Es verdad que cuando Tixé nos propuso el texto se me apretó un poco al culo, como se suele dice, porque aunque lo conocía de mi época de estudiante de arte dramático, lo recordaba muy complicado, un desafío. Lo que ocurre es que la vida, con los años, te va colocando en un sitio y te ves o no capaz de hacer cosas. Yo no las tenía todas conmigo, pero Tixé me convenció y se lo agradezco enormemente.
El montaje narra el desencuentro, la rivalidad entre dos hermanos de perfiles muy distintos que tienen puntos de vista antagónicos de ver la vida, ¿como la vida misma, no?
Aunque el contexto sea las afueras de Los Ángeles a principios de los 80 y con estos personajes con una idiosincrasia muy concreta, de lo que hablan es de cosas muy universales. Es lo bueno que tienen los grandes autores. Por otro lado, los referentes que utilizan no son del todo ajenos, porque estamos colonizados. El lenguaje y los códigos que manejan son muy familiares. Sí que es verdad que hay un plus por parte de Shepard por un lado de una comicidad, de comedia negra con mucho sarcasmo e ironía, y por otro un poco más elevado, místico... Entonces sí hay algo que no caduca, que perdura en el tiempo y en el espacio.
Vivirá junto a Pablo Derqui discusiones acaloradas sobre el escenario. ¿Es de los que se calienta con facilidad o al revés, le ha costado asumir ese papel sobre el escenario?
Me lo estoy pasando muy bien. Está siendo un lujo asumir un personaje de este tipo, con este atractivo. De repente que tu trabajo te permita gritar y pegar es fantástico para tu vida porque eso que te ahorras de ella. Lo utilizo en el trabajo en ese sentido más terapéutico.
Se sube a los escenarios después de acabar con el rodaje de una la serie americana 'Warrior Nun'. ¿Tenía ganas de volverse a hacer teatro?
Intento hacer teatro cada año, o año y medio, porque es una especie de toma de tierra dentro de esta profesión tan volátil, extraña e incierta. Tengo la suerte de poder elegir determinados proyectos que me interesan, pero como creo que el teatro exige mucho más sacrificio, prefiero estar muy seguro de dónde me meto. Ya que voy hacer un esfuerzo y va a suponer una renuncia a otras cosas, por lo menos que sea de algo que me enamore.
Fue uno de los rostros públicos de aquella primera ola de la pandemia. A día de hoy, va para dos años. ¿Cómo ve su sector, Covid mediante?
Como dije en Argentina cuando me preguntaron una vez, remando en dulce de leche. Yo he trabajado mucho este año y me considero un privilegiado. He hecho una película, una serie y una obra de teatro: un actor no puede pedir más de lo que yo he hecho. Pero está la cosa muy complicada y no es el mantra de siempre, es una realidad. La pandemia ha hecho mucho daño, lo sigue haciendo. Hay mucha incertidumbre y es verdad que en este oficio estamos hechos a ella, de antes incluso de la pandemia, pero sí que con ella se ha acrecentado. Hasta que no tengamos un reconocimiento institucional a altos niveles de nuestro oficio, como el Estatuto del Artista, seguiremos siendo unos parias dentro de la sociedad.
Comenzaba esta semana con la triste noticia de la muerte de Verónica Forqué. Al hilo de ello, le pregunto por la vulnerabilidad de su profesión. ¿Cree que es un sector con una sobreexposición emocional que otros no tiene?
Es obvio que estamos muy expuestos y hay que cuidarse mucho y rodearse bien de gente a la que te puedes agarrar porque hay un momento en el que el suelo se te mueve, entonces debemos tener buenos asideros. La verdad es que lo de Verónica ha sido una desgracia y yo me he quedado mudo. La conocía, habíamos coincidido varias veces, la última vez hace un año en un encuentro muy cariñoso. Era una persona muy cariñosa. Siempre con la sonrisa puesta; lo que dicen de los clowns, que el tormento lo llevan dentro y la sonrisa la tienen puesta. Verónica era un ser luminoso, excepcional y quiero recordarla así, y lamento mucho que se haya ido de esa manera, con tanta soledad.
Y para terminar de forma más amable, ¿qué poso le gustaría dejar en los espectadores de 'True West'?
El montaje es un viajazo. Es lo más parecido a un concierto de rock. Es una cosa muy punky, pero que no deja de tener unos buenos mimbres detrás, como es alguien como Sam Shepard y todo lo que representaba en aquella época. Toda esa gente que hizo tanto por el arte y la cultura ya no solo norteamericana sino occidental. Creo que el público se va a ir lleno de muchas sensaciones que luego tendrá que ir colocando. No se va a quedar indiferente.
Toda la información sobre los horarios y precios del montaje, en las webs del Teatro Principal de Palencia y el Teatro Calderón de Valladolid.