Por Ana Ranera (elcomercio.es)
- El actor Ginés García Millán. ÓSCAR CHAMORRO
El amor siempre es el protagonista del cine, del teatro y de la literatura y una de las mejores maneras de expresarlo es a través de la amistad. Este viernes se sube a las tablas del Centro Niemeyer 'Amistad', una obra de Juan Mayorga, protagonizada por José Luis García-Pérez, Daniel Albaladejo y Ginés García Millán. Este último cuenta los días para pisar el escenario y hablar sin tapujos de lo que es ser un buen amigo, cuando has crecido, evitando hacer cualquier cosa que pueda parecer de chicas.
-¿Qué supone subir al escenario una obra del Premio Princesa de Asturias de las Letras Juan Mayorga?
-Para nosotros, era una gran responsabilidad poner en pie un nuevo texto de Juan Mayorga y, en este caso, sobre todo, teniendo en cuenta que es una comedia, aunque sea una comedia macabra. Pero, más allá de eso, no entraña ninguna dificultad extra porque nos conocemos desde hace mucho tiempo y hay confianza entre nosotros. Hablamos con él antes de empezar a ensayar y ha sido un proceso muy generoso por su parte y muy gratificante para nosotros.
-¿Qué pensó sobre 'Amistad' la primera vez que cayó en sus manos?
-Me pareció un texto muy curioso porque es de una aparente ligereza, pero guarda muchas cosas y guarda mucha profundidad en la relación de sus tres personajes. Son tres amigos, que son amigos desde siempre y que parece que lo que se dicen no tiene tanta importancia, pero, debajo de esa apariencia, todos guardan algún secreto y muchas taras. Yo creo que son personajes deficientes emocionales porque vienen de una generación en la que los sentimientos se han guardado y no hay podido decir muchas cosas, hasta que llega un momento en la vida en el que, para poder salir adelante, hay que decirse algunas verdades.
-Siendo como usted dice «deficientes emocionalmente», ¿los espectadores van a ver en ellos un reflejo de muchas personas (hombres) de esa misma generación?
-Sí, van a ver a los que venimos de una generación donde no era tan fácil expresar sentimientos o dar un abrazo y un beso. Esta función nos pone un espejo en muchos sentidos.
-¿Su personaje, Manglano, cómo se comporta como amigo?
-Es bastante gruñón, pero es un niño que no ha crecido. No se ha portado tan bien como debía en algún momento de la vida, pero ha habido otros momentos en los que sí que ha estado a la altura. Se juntan tres personalidades complejas y son amigos de aquella manera, pero lo son de toda la vida.
-¿En la vida nos comportamos de la misma manera en la que nos comportamos con nuestros amigos?
-Sí. Es que hablar de la amistad es hablar de la vida y de la muerte al mismo tiempo porque la vida no es para siempre. Este juego que propone Juan Mayorga utiliza la muerte para hablar de la vida y de la amistad. Yo es que creo que la muerte tiene mucha gracia, sobre todo, cuando estás vivo.
-¿Y no le parece difícil hacer reír y volver a ser un niño cuando está la muerte de por medio? Porque la obra sucede en una especie de velatorio.
-Es que nos lo permite el teatro: jugar y sacar el humor. Para nosotros, hacerlo ha sido un divertimento, porque, aunque hablemos de cosas con cierta profundidad, se hace siempre desde el humor y el humor es una tabla de salvación.
-¿Es muy común eso de guardarse los sentimientos hacia alguien hasta que le llega la muerte?
-Sobre todo, cuando eres más joven, porque luego, ya en nuestra generación, tienes otro tipo de amistades. Cuando van pasando los años, quedan menos amigos, pero mejores. Ya no quieres agradar tanto, sino que las cosas sean de verdad.
-¿Cómo tratan la masculinidad en esta historia? ¿Esta situación sería impensable entre tres mujeres?
-Lo decimos en la propia obra: «¿Te imaginas a tres mujeres haciendo esto?». Pero no, las mujeres no se mueren así. Es que estos personajes se han guardado muchos sentimientos, algunos un poco más femeninos, y su deficiencia emocional les ha hecho mucho daño a lo largo de su vida. Son personas que han evolucionado y que se han guardado muchas cosas.
-¿Qué sensaciones cree que deja entre los espectadores esta obra cuando termina?
-Yo creo que, después de la función, muchos espectadores llamarán a sus amigos. En nuestro día a día, pasamos mucho tiempo sin verlos y esta obra da ganas de llamarlos y de darles un abrazo. Sobre todo, de decir ciertas cosas que no te has atrevido a decirles porque la vida pasa muy rápido y te la pasas más con tus compañeros de trabajo que compartiendo tiempo con tus amigos.