Por Joan Colás (cronicaglobal.elespanol.com)
Silvia Marsó (Barcelona, 1963) vive un año pletórico. Teatro, redes y música, a la catalana se la puede ver desplegar todas sus facetas que cultiva desde hace varias décadas.
Su última obra la lleva hasta el Teatro Español de Madrid, donde interpreta a una cantante en horas bajas que sobrevive en una ciudad de la costa española donde la corrupción campa a sus anchas. Crónica Global habla con la intérprete de su espectáculo y su nueva banda.
--No ocurre en Benidorm, se puso en la sinopsis para ilustrar qué tipo de localidad es. Ocurre en una localidad de la costa española en invierno. Un lugar que en verano está lleno de actividad y de fiesta y que en invierno sólo quedan los cuatro supervivientes que lo habitan por sus circunstancias personales.
--Usted es una de ellas. ¿Cómo es su personaje?
--Todos tenemos algo que ocultar, un pasado que tendremos que ir descifrando y que nos provoca ser de una manera tan peculiar. En mi caso, es el personaje de una mujer que tiene un punto de locura, pero es una mujer que en su momento tuvo que enfrentarse a una decisión que le salió mal. Fue una cantante de gran éxito en la época en que los señores con puro mandaban en este país y, de repente, su vida se ve truncada. Pero todos los personajes tienen grietas, han perdido algo, se han quedado anclados en la frustración y el público puede reconocer algo propio en cada uno de ellos. Victor Sánchez logra que el personaje lata desde un lugar muy patente.
--¿También hay mucha corrupción?
--Se habla de ello, del ladrillazo, de quién maneja el cotarro en la sociedad, pero gira todo en torno a un asesinato. Victor Sánchez Rodríguez usa ese asesinato para hablar de algo más profundo, cómo los seres humanos se pueden convertir en suopoerviviemntes de un mundo tan hopostil como puede ser un lugar casi abandonodado de la costa española. Los personajes son aparentemente sospechosos de este crimen, pero descubrimos que esconden cosas y nos dan un punto de vista sobre la sociedad actual. Han perdido algo en su vida y son personajes heroicos a pesar de ser perdedores.
--Y usted canta, justo en el momento en que usted ha dado un gran salto en el mundo de la música.
--El personaje de Lola canta en tres o cuatro ocasiones porque ella es cantante. Aparte de eso, acabo de estrenar Blues & Roots, un espectáculo estrenado en el Infanta Isabel que ha iniciado gira en toda España con dos formatos, el formato concierto y el teatral, y es la primera vez que yo dirijo y he hecho la dramaturgia. Aquí hacemos un viaje por la música negra e incluimos el viaje de García Lorca a Nueva York y se impregnó del Harlem Renaissance, ese movimiento teatral que le marcó muchísimo. Ahí, he compuesto y adaptado al blues por primera vez El rey de Harlem, poema de Poeta en Nueva York. Me ha hecho mucha ilusión.
--¿Y esa nueva faceta de dónde sañe?
--Durante 25 años estudié belcanto, lo he podido desarrollar en obras de teatro. En 2001 canté en Te quiero eres perfecto, ya te cambiaré, los últimos cuatro años estaba haciendo 24 horas en la vida de una mujer, basada en la obra de Stefan Zweig, que era casi una opereta, había música todo el tiempo; lo que no había hecho nunca son conciertos de música. Allí me he unido a Del Toro Blues band y a través de esta unión hemos hecho este espectáculo en el que se muestran diversos estilos de música negra.
--¿Cómo lo compagina?
--A partir del 8 de diciembre estamos en las Naves del Español haciendo La Florida, pero el 10, tras la función me iré a la sala Clamores a hacer un concierto. Y dentro del ciclo Animales mixtos, también estaré en el Matadero.
--¿Se siente una privilegiada? Está en todos lados.
--Bueno, he seleccionado estos dos proyectos y he rechazado otros. Pero estos no me los quería perder.
--¿Qué los hace tan especiales?
--La Florida es una obra contemporánea con muchos matices, muy interesante, inquietante, con un toque gamberro, mucho humor y un punto de poesía narrativa. Significa también apostar por un joven valor que es Víctor Sánchez Rodríguez, un joven de Valencia que hace cosas muy interesantes y es apostar por los nuevos valores del teatro. Y en cuanto a Boot & Roots, me gusta porque no todo el mundo conoce los distintos estilos de la música negra, ni la relación de Lorca con este movimiento de Harlem, ni Strange Fruit, que la tocamos por primera vez en español y que le costó la carrera a Billy Holliday, una canción muy importante contra el racismo.
--¿Es importante para usted que la cultura lance mensajes de alerta?
--Yo siempre he apostado por el teatro crítico para cuestionar nuestra sociedad. Es importante crear opinión a través de las artes y que la gente cuestione su propia vida y su entorno. Esta es una de las partes más interesantes del arte. Como decía Bernard Shaw, los espejos sirven para verse el rostro y el arte, para verse el alma. Eso es lo importante.