Por VANESSA RAMIRO (revistateatros.es)
Actor, director, hombre de compañía y productor él. Creadora multidisciplinar, actriz, directora, coreógrafa y productora ella. Quijotes ambos luchando contra los vientos que mueven los molinos de las artes escénicas hoy, locos de un oficio al que se entregan en cuerpo y alma y que les devuelve honores en forma de aplausos y respeto, el del público y el de la profesión. José Luis García-Pérez y Carlota Ferrer comparten espacio, el de las Naves del Español en Matadero, durante el mes de febrero. “Amistad”, escrita por Juan Mayorga, y “Los nadadores diurnos. Salón de belleza”, de José Manuel Mora, son los títulos que dirigen y protagonizan estos días. Charlamos con ellos... Por VANESSA RAMIRO
Si a José Luis García-Pérez le digo Carlota Ferrer, me diría...
José Luis: Excelencia, trabajo, tesón, talento y un impulso envidiable. Estamos hablando de una gran artista con una voz propia absoluta y con gran un recorrido, de la Kubik para adelante... ¡imagínate!
¿Y si a Carlota Ferrer le digo José Luis García-Pérez?
Carlota: Lo primero que me viene es su maravillosa voz profunda y rota.
Amantes del teatro, coetáneos, actores y directores, Quijotes luchando contra los vientos que mueven los molinos de este oficio hoy y ambos con piezas de autores fetiche en las que sus personajes ajustan cuentas. ¿Hemos errado el tiro?
José Luis: Desde luego los personajes de “Amistad” intentan saldar esas cuentas entre ellos, no te quepa ninguna duda (risas). Y con respecto a lo anterior, creo que, en ese sentido, sí, somos algo parecidos: dos trabajadores de esta industria cultural nuestra y dos impulsores del teatro. Yo no entiendo la vida si el teatro no está alrededor.
José Luis García-Pérez ha tomado la sala Fernando Arrabal con “Amistad”...
José Luis: Juan Mayorga está en un momento concreto de su dramaturgia y este es un exponente muy grande. ¿A qué me refiero? A que puede llegar la risa en una función de Juan Mayorga y en eso estamos trabajando, en que el mensaje, que siempre es profundo en el teatro de Juan, llegue de la mano de la risa. Esta función me brindaba la posibilidad de trabajar desde esa forma en la que trabajé muchos años y que la gente pueda reírse a la vez que piensa en la función. Sobre todo, que se rían y se vayan a su casa pensando de qué se estaban riendo, porque ahí está la carga de profundidad.
¿Cómo son los personajes de “Amistad”?
José Luis: Son tres hombres alrededor de los 50 años, en una crisis de su amistad. No quiero desvelar demasiados detalles, pero están decidiendo algo sobre su amistad desde un juego que se torna peligroso, una especie de radical ‘Verdad o te atreves’. Estamos trabajando mezclando técnicas, el realismo con el clown, de manera que tengamos un lenguaje propio y que la gente se sorprenda con estos tres personajes, Dumas, Ufarte y Manglano, tres amigos de toda la vida que han decidido jugar un juego muy peligroso porque de aquí la amistad renace o se difumina definitivamente.
No existirían esos personajes sin sus actores. ¡Y qué actores!
José Luis: No puedo estar más orgulloso ni más agradecido a la generosidad y al trabajo de Ginés García Millán y Daniel Albadalejo. ¡Ahí es nada! No puedo sentirme más arropado y más querido. La confianza que han tenido en un proyecto como este me enorgullece y estaré eternamente agradecido. ¡Y eternamente asombrado por su descomunal talento!
¿Cómo es eso de dirigirse a uno mismo?
José Luis: Una locura (risas), pero está siendo una locura muy bonita. Estoy rodeado de un equipazo. Estamos contando con el talento y la generosidad de Germán Torres, actor, que está doblándome en muchos ensayos para que yo pueda estar exclusivamente fuera a veces o dentro otras. Y la persona sin la que no podría hacer nada es Carlos Martínez-Abarca. ¡Menos mal que está él! Está siendo una experiencia potente, sin duda alguna, y agotadora también, pero muy, muy bonita. Yo me voy a mi casa todos los días feliz. La relación que tengo con Matadero no la tengo con ningún otro teatro de España, ni siquiera de mi ciudad, venir a trabajar aquí cada día es el lugar donde quiero estar.
Otro punto en común es que ambos conocen bien al autor de su pieza...
José Luis: En otra época alguien habrá dicho “Tengo la fortuna de ser amigo de Leonardo da Vinci”, pues yo soy amigo de Juan Mayorga. Pero amigo de verdad, al que escuchas y te embobas y eso es impagable. Tenerlo cerca, tanto humana como profesionalmente, es gigante.
¿Cómo llegan al teatro? ¿Era su plan A?
José Luis: Mi plan A es la interpretación y la disfruto igual en un sitio que en otro, lo que pasa es que en el teatro hay gente (risas) y esto marca una diferencia abismal. Y, además, en el teatro está mi voz, en el sentido de que produzco muchas funciones y eso me permite elegir qué se hace y qué quiero contar, no solamente contar lo que otros quieren, cosa que me ocurre cuando hago cine y TV. Y en este caso, además estando dirigiendo, de la forma que quiero.
Y de ahí llegan Digo Digo Teatro y García-Pérez Producciones y Draft.inn. ¿Qué quieren contar? ¿Qué es lo más importante para levantar un proyecto?
José Luis: Ahora me gustaría hablar de hombres, de hombres que sienten de maneras muy especiales, ya lo veréis, y que reflexionan sobre ellos mismos y sobre esa masculinidad que, a veces, puede ser un poco equivocada.
¿En qué más andan? Otros proyectos...
José Luis: Ahora mismo estoy a la espera del estreno de “Las noches de Tefía”, serie de Atresmedia que dirige Miguel del Arco, y a la espera también del estreno de “Honor”, que coprotagonizo con Dario Grandinetti, también para Atresmedia, otra serie. Así que no puedo estar más contento. Estamos haciendo los doblajes de ADR, pequeños cambios de frases que hay... Es decir, que las tardes también están liadas (risas).