–¿Qué tenía "Amistad" para que se decidiera dirigirla?
–A mí dirigir siempre me ha tirado mucho. Mucho, mucho. He tenido compañía muchos años en Sevilla y también dirigía. La parte intectual de la dirección es la que me tira más: el conocimiento de la obra, lo que quieres contar y, a fin de cuentas, el lienzo entero por pintar. Y eso es maravilloso. "Amistad" reunía para mí unos requisitos que eran irrenunciables. Por un lado, yo la veía una punta de sentido del humor que he intentado apretar para que el público sonría con un texto –la segunda cuestión–, nada más y nada menos que de Juan Mayorga y, por último, un elenco maravilloso. ¿Qué más podía pedir? Este elenco maravilloso se terminó de conformar incluyéndome a mí con lo cual imagino que será menos maravilloso, pero, respondiendo a su pregunta: todo me incitaba a dirigir la función.
–¿Cómo llega a "Amistad"?
–Ser amigo de Juan Mayorga implica leer mucho a Juan Mayorga: no solo lo que ya escribió, también lo que va escribiendo nuevo. A lo largo de la gira de "El mago" yo ya había leído algunos trocitos de "Amistad" y me gustaba mucho. Y luego, durante el confinamiento –estaba encerrado en un hotel en Madrid rodando una serie americana y cada uno estaba metido en una habitación y Ginés García Millán estaba confinado en México porque estaba rodando otra–, por videoconferencia empezamos a darle vueltas.
–¿Cómo es trabajar como director de un texto de Mayorga, que le había dirigido a usted en dos ocasiones?
–Hay una complicidad tan grande que no le voy a decir que dé igual que esté a un lado o a otro del escenario o que esté escribiendo. ¿Sabe? No se lo voy a decir, pero casi. Con Mayorga hablo a diario: cuando estoy actuando, porque estoy actuando; cuando estoy dirigiendo, porque estoy dirigiendo. Para mí es fundamental estar cerca de alguien como Juan Mayorga y más en una función como esta, que necesita de esta complicidad y necesita también de esa "amistad". Además a Juan lo que más le gusta no es escribir, si no reescribir.
–Me decía el otro día que no termina nunca el trabajo.
–Pero a mí me pone eso. A mis compañeros y a mí nos pone el hecho de que "Amistad" esté viva continuamente y que continuamente estemos probando cosas y continuamente esté creciendo. Con esta libertad trabajamos.
–Cuando Mayorga va a los ensayos, ¿mete baza?
–Mayorga, en ese sentido, es muy respetuoso con el trabajo. Una vez que arranca esto, como él dice, él es parte de mi equipo. Ha venido a un par de ensayos, pero él no mete baza en absoluto.
–Esta obra va de tres tíos que sueñan la muerte de cada uno de ellos.
–Sí, sí. Es una forma de verlo. Realmente, cuando ves la función te das cuenta de que va un poco más allá: los tres tíos necesitan montar toda esta parafernalia quizás para hablar de sí mismos porque es algo que no habían hecho antes. Y por eso sale este juego de verdad o atrevimiento en que se materializa la obra.
–Y, pese a todo, es una comedia.
–Juan no escribe ningún género, pero de mi lectura de "Amistad" saco una comedia. Y el público también. Lo veo cada día en cada función.